domingo, 15 de junio de 2008

Por género


Históricamente, la discriminación hacia las mujeres ha sido uno de los mayores obstáculos para el ejercicio de los derechos fundamentales de manera universal. El trato injusto y arbitrario de que han sido objeto las mujeres, así como el arraigo del prejuicio cultural de inferioridad y de subordinación en prácticamente todas las esferas de la vida cotidiana, atenta contra los principios y valores de la convivencia democrática, mirando las bases de la igualdad, la libertad y la justicia.

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1 comentario:

Introducción a la Educación Especial... dijo...

A pesar de los avances tecnológicos en todo el mundo, se siguen presentando situaciones de discriminación, en todas las clases sociales o grupos. Lo que ha significado un retroceso en los derechos fundamentales, consagrados en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, y en los tratados de Derechos Humanos de forma internacional.



Las mujeres como creadoras de vida, como formadoras de seres humanos y como protectoras del tesoro más preciado de la humanidad, han sido vejadas por los varones e incluso por las personas de su propio género y actualmente encontramos casos de agresiones por los propios hijos.



En los trabajos, las mujeres sienten el acoso sexual de los compañeros o jefes, ante amenazas de pérdida de su trabajo, fuente de ingresos para sus hijos; en la sociedad en que se desenvuelven los hijos, en ocasiones son discriminados por ser hijos de mujeres que lavan ropa o planchan ajeno, que son obreras, sólo por el hecho de no ejercer labores "dignas" de los que los rodean. Además, existen oficios a los cuales las mujeres no pueden acceder, ya que son vistos como impropios o dignos sólo para hombres.



Las garantías y los derechos fundamentales, deben ser difundidos, con la intención puedan ser observados por todos, independientemente del sexo, condición social, étnia, edad, preferencias sexuales, discapacidad, religión o a personas en condición de migrantes.



Se requiere un trabajo colaborativo, por parte del sector educativo, las instituciones de educación superior, el sector salud, las asociaciones civiles, y demás interesados en prevenir estas situaciones, incluso de violencia.

Tere Flores
UPN 262-